La ciencia de lo natural


El origen: Camellia sinensis
El té se obtiene de las hojas y brotes de Camellia sinensis, una planta procedente del este de Asia.
Su primer uso como bebida se pierde en la leyenda, aunque hay registros de la preparación y consumo en China desde el tercer milenio antes de nuestra era. Sus propiedades medicinales y curativas han sido reconocidas a través de los siglos. Las mismas se asocian principalmente con el té verde, ya que el té negro se obtiene a través de un proceso de fermentación que afecta algunas de sus moléculas.

El té en tu piel
El té verde es rico en antioxidantes conocidos como polifenoles. Estas moléculas ayudan a neutralizar los radicales libres, unos compuestos inestables que dañan las células y aceleran el proceso de envejecimiento.
Al combatir los radicales libres, los antioxidantes del té verde participan en la prevenciòn del envejecimiento prematuro de la piel y mantienen su aspecto saludable.
Los mismos polifenoles ayudan a retener la humedad de la piel, mejorando la hidratación y evitando que se seque y se vuelva áspera. También reducen y previenen el daño causado por inflamación o enrojecimiento.

Mix de hierbas
Potenciamos los beneficios de nuestro ingrediente principal con un mix de hierbas descongestivas, hidratantes y matificantes.
Hamamelis: Purificante, antioxidante
Manzanilla: Refrescante, tonificante. Mejora la apariencia de los poros.
Aloe Vera: Hidratante, tonificante. Poderoso antioxidante y antiarrugas.
Pore Away: Matificante, reduce la apariencia de los poros dilatados.
Regaliz: Hidratante. Ideal para el cuidado de las pieles sensibles.
Ginseng: Antoxidante, hidratante.
Manteca de karité y jojoba: Humectantes, restauradores de la barrera cutánea.